El panorama energético para una estrategia de policombustibles

El Congreso ha proporcionado la financiación y los programas federales tan necesarios para estimular e incentivar la transición del gasóleo a las energías alternativas. Ahora, corresponde a los sectores público y privado aprovechar los programas, organizar proyectos piloto e implantar energías alternativas en sus redes de transporte.

Una estrategia de policombustibles es un componente clave para lograr la reducción de emisiones a escala mundial. El GNC (producido a partir de GNR), el biodiésel, el diésel renovable, los vehículos eléctricos de batería y los vehículos de pila de combustible de hidrógeno son opciones relevantes en el panorama energético de 2023 para una estrategia de policombustibles. Con la investigación, el desarrollo y la infraestructura todos en varios niveles de ejecución, la importancia de reunir a las partes interesadas y crear un plan es crítica.

Para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones y evitar el lavado verde, las empresas necesitarán alinear a las partes interesadas, fomentar mejoras incrementales y establecer auténticas asociaciones. La hoja de ruta puede parecer ambiciosa, pero es factible. Dado que el coste de no hacer nada es mucho peor que intentar una recomendación práctica basada en datos, los líderes del transporte deben tomar la iniciativa para descarbonizar sus redes de transporte. Por este motivo, esbozamos un resumen de alto nivel del panorama energético de 2023.

GNC (a partir de GNR)

El gas natural comprimido a partir de gas natural renovable es una fuente de energía relativamente nueva, pero fiable. Derivado de fuentes como vertederos o residuos lácteos, esta energía puede suponer una reducción de emisiones superior al 100%, dependiendo de la fuente. Los tractores que consumen GNC y la infraestructura que los soporta están disponibles en todo Estados Unidos y Canadá, y las estaciones y la fiabilidad mejoran día a día. Aunque a corto plazo se reduce la longitud de los recorridos, la investigación y el desarrollo continúan y se espera que una mayor autonomía de más de 750 millas entre en el mercado ya en 2024.

Biodiésel

El biodiésel es uno de los combustibles alternativos más utilizados actualmente en el transporte comercial. Producido a partir de aceites vegetales, grasas animales y aceites de cocina usados, puede reducir las emisiones de carbono en un 7% o más. El B20 y las mezclas de niveles inferiores son las más comunes porque pueden utilizarse en tractores e infraestructuras existentes sin modificaciones. Aunque las ventajas del biodiésel son considerables, es importante tener en cuenta la disponibilidad de combustible en rutas específicas y la estación del año para seleccionar el tipo de mezcla correcto.

Diésel renovable

El diésel renovable, al igual que el biodiésel, es un combustible de sustitución directa que puede utilizarse con motores diésel convencionales y con la infraestructura existente. El gasóleo renovable procede de materias primas similares a las del biodiésel, pero se produce mediante procesos distintos. Por ello, es difícil de escalar y su precio es prohibitivo para los mercados que no cuentan con políticas de apoyo al carbono. El diésel renovable se concentra en California gracias a los incentivos de programas como el Low Carbon Fuel Standard (LCFS).

Vehículos eléctricos de batería

Los vehículos eléctricos de batería son cada vez más populares en el transporte comercial, con importantes ventajas operativas sobre los vehículos diésel. Aunque el coste inicial de los vehículos eléctricos de batería es mayor que el de sus homólogos diésel, los costes de combustible (electricidad) y mantenimiento son menores. Al calcular el coste total de propiedad, la disponibilidad de financiación e incentivos gubernamentales puede hacer que los vehículos eléctricos de batería sean una opción rentable.

Una de las principales ventajas de los vehículos eléctricos de batería es que no producen emisiones directas del tubo de escape, lo que reduce significativamente las emisiones del ciclo de vida. Sin embargo, es importante tener en cuenta la fuente de electricidad. Las mayores reducciones de emisiones proceden de fuentes de electricidad renovables como la eólica, la solar y la hidráulica. En la carrera hacia la adopción, una asociación y un programa piloto con los fabricantes de equipos originales y los socios de infraestructura pueden ponerle en primera línea cuando llegue la comercialización.

Vehículos de pila de combustible de hidrógeno

Los vehículos de pila de combustible de hidrógeno, aunque están en su infancia, cuentan con una perspectiva prometedora con el potencial de reducir significativamente las emisiones de GEI del ciclo de vida, dependiendo del proceso de producción. El tipo más común de hidrógeno producido en EE.UU. es el hidrógeno gris, que ofrece unas ventajas mínimas de reducción de emisiones en el ciclo de vida con respecto al gasóleo porque se produce con gas natural. En cambio, el hidrógeno azul y el verde se procesan para que no produzcan emisiones. El hidrógeno azul se produce del mismo modo que el gris, pero con captura y almacenamiento de carbono. El hidrógeno verde se produce mediante electrólisis con una fuente renovable de electricidad (por ejemplo, eólica, solar, hidráulica). Otras ventajas de los vehículos de pila de combustible de hidrógeno son un tiempo de repostaje similar y un menor mantenimiento en comparación con los camiones diésel. Aunque la infraestructura para vehículos pesados se limita a California a corto plazo, se destinan importantes fondos federales a proyectos de producción de hidrógeno para que sea más accesible.

Consideraciones para una estrategia sólida de policombustibles

El GNC (producido a partir de GNR), el biodiésel, el diésel renovable, los vehículos eléctricos de batería y los vehículos de pila de combustible de hidrógeno están disponibles en función de sus objetivos de sostenibilidad del transporte y de la ubicación geográfica de su ruta. Como resultado, es necesaria una estrategia de policombustibles para adaptarse a las complejidades de su red de transporte. Esta estrategia también permite una transición gradual de los combustibles fósiles a alternativas más limpias. Con la aparición de soluciones innovadoras de descarbonización, es imperativo empezar a considerar la infraestructura y los socios disponibles.

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