La incertidumbre sobre el precio del combustible marítimo no ha hecho más que empezar | Advisor Pulse

El panorama marítimo sigue evolucionando mientras los cargadores están ocupados con la temporada de contratos durante los primeros meses de 2018. El aumento de los precios del combustible búnker y la medida de la Organización Marítima Internacional (OMI) de prohibir el combustible no conforme a bordo de los buques en 2020 son algunos de los últimos acontecimientos que ejercerán una presión al alza sobre los recargos por combustible. Además, el cierre del Acuerdo Transpacífico de Estabilización (TSA), un foro de investigación y debate de las principales compañías de transporte marítimo de contenedores, demuestra la incertidumbre que reina en el mercado tanto para los transportistas como para los cargadores. Con menos de dos años para planificar la normativa mundial sobre el límite de azufre de la OMI, la dinámica del mercado acaba de empezar a empujar los precios del combustible marítimo hacia su futura cresta.

Los transportistas están abordando el aumento de los costes del combustible para los contratos de 2018. Hapag-Lloyd anunció el 25 de enero que actualizaría los importes de sus recargos por combustible mensualmente, en lugar de trimestralmente. Días más tarde, el transportista hizo un segundo anuncio en relación con el combustible marítimo cuando emitió una serie de recargos de "emergencia" por combustible en varias geografías. Hapag-Lloyd citó la presión al alza de los precios del combustible como factor determinante para ajustar sus políticas, y no son los únicos. Maersk Line está aumentando las tarifas contractuales en todas las geografías tras un difícil cuarto trimestre de 2017. El aumento de los precios del combustible para buques elevó los gastos de Maersk un 3,7% para terminar el año, según un informe de Bloomberg. El director comercial de Maersk, Vincent Clark, ha declarado: "Maersk Line está aumentando las tarifas contractuales en todas las geografías a niveles que superan los aumentos de los precios del combustible búnker."

Los transportistas se ven presionados para ajustar sus recargos porque los precios del búnker subieron durante el cuarto trimestre de 2017 y se mantuvieron fuertes durante el primer mes de 2018. El gráfico anterior muestra los precios medios IFO380 y LSMGO a través de una selección de puertos de referencia. Colectivamente, los puertos de Houston, Rotterdam, Singapur y Fujairah experimentaron un aumento promedio del 18 al 20 por ciento para los combustibles altos y bajos en azufre por igual durante el último año calendario (promedios mostrados en el gráfico anterior). El precio medio de LSMGO aumentó alrededor del 35 por ciento en todos estos puertos desde junio de 2017. La diferencia entre estos combustibles altos y bajos en azufre alcanzó los 252 $/MT para terminar enero, su valor más alto del año pasado.

Los costes del combustible no dan cuenta de todo el alcance de la incertidumbre entre la industria del transporte marítimo de contenedores. El jueves 8 de febrero, la TSA -un foro de investigación y debate de las líneas de transporte marítimo de contenedores que ofrecen servicios entre Asia y EE.UU.- cesó sus operaciones debido a la disminución del número de miembros. El descenso en el número de miembros se debió en parte a la presión creada por la Cámara de Representantes de EE.UU., que optó por revisar posibles cambios en la Ley de Transporte Marítimo de 1984, a partir de la cual los transportistas podrían verse obligados a elegir entre participar en discusiones sobre tarifas o en alianzas con transportistas marítimos. El TSA ofrecía directrices voluntarias y no vinculantes sobre tarifas y servicios que las navieras miembros podrían haber utilizado en sus negociaciones de contratos de servicios con los cargadores. En julio dejó de publicar su fórmula orientativa para calcular los costes del combustible, alegando que las cambiantes condiciones del mercado y las estructuras de costes hacían poco realistas sus esfuerzos por crear un único punto de referencia.

Los acontecimientos señalados anteriormente demuestran que los componentes del coste del combustible marítimo serán más difíciles de tener en cuenta en los programas tradicionales de recargos a medida que se acerque la normativa sobre azufre de la OMI para 2020. Los precios reales del combustible, el consumo de los buques y los costes reglamentarios están enterrados en los actuales recargos por combustible y/o tarifas "todo incluido" de los transportistas. La incertidumbre impedirá a los cargadores tomar decisiones eficientes a la hora de elegir con qué transportistas asociarse.

El programa de Gestión de Combustible Marino de Breakthrough permite una visibilidad completa de los movimientos de carga individuales, lo que se traduce en la capacidad de los cargadores para gestionar los costes de combustible y tomar decisiones utilizando datos claros.